Como comentamos al hablar en este mismo blog de la importancia del SEO en el marketing digital, uno de los 4 pasos fundamentales en cualquier estrategia SEO que se precie es el estudio de las palabras clave o keywords. Hoy vamos a intentar definir este concepto, a explicar qué tipos de keywords existen, y a comentar brevemente cómo podemos elegir las keywords que usaremos para posicionar nuestra web en buscadores.
Entonces, ¿qué son las keywords?
Las keywords o palabras clave, en español, son los términos que usan los usuarios en sus búsquedas en Google u otros buscadores. Obviamente, nos van a interesar las keywords que utilizan los usuarios de Internet que estén interesados en productos, servicios o contenido como el que nosotros ofrecemos.
Hoy vamos a hablar de cómo elegir las keywords para una estrategia SEO, pero las palabras o términos clave también son imprescindibles en las campañas de publicidad SEM, es decir, en las campañas de publicidad en buscadores.
Tipos de keywords
Las keywords se pueden clasificar en función de varios aspectos. Por ejemplo, en función de su extensión. Pueden ser una sola palabra, como “hoteles”; eso sería una head keyword o keyword primaria. Si usamos un concepto con dos o tres palabras como “hoteles baratos”, hablamos de una middle tail keyword. O por último, si hablamos de frases completas para hacer búsquedas más precisas, como “hoteles cerca de la playa”, nos referimos a una long tail keyword.
Otra forma de clasificarlas es entre keywords primarias y keywords secundarias. Bajo este prisma, una keyword primaria sería la que define el tema principal de la web y sobre la que más hay que trabajar, como por ejemplo “recetas”. Y las keywords secundarias puede ser sinónimos o subtemas que podemos trabajar página a página, como por ejemplo “platos de cuchara”, “recetas de postres” o “utensilios de cocina”. Una keyword secundaria y una long tail keyword no es lo mismo, pero en algunos casos pueden coincidir.
Hay una tercera forma de clasificarlas que alude a la intención que tiene el usuario cuando realiza una búsqueda. Sobre la base de esto, las palabras clave pueden ser al menos de tres tipos: informativas, navegacionales o transaccionales. En función de si el internauta busca información general, que la búsqueda le lleve a una web concreta o si quiere hacer una acción determinada. Un ejemplo de transaccional sería “alquiler de velero”. Esta es una clasificación sencilla, las encontrarás más complejas y con más opciones.
¿Para qué necesitamos las palabras clave?
La respuesta es bastante obvia: para ser encontrados cuando un usuario las usa en un buscador. El objetivo es que consigamos posicionar nuestra web lo “más arriba” posible en los resultados cuando alguien utilice una keyword relacionada con nuestro negocio.
Hay muchas formas de atraer visitantes a nuestra web, pero el tráfico orgánico de los buscadores es fundamental. Un buen posicionamiento de nuestra web en los resultados refuerza nuestra imagen de marca. Además, es tan simple como que, hoy en día, nadie anda sobrado de tiempo, y tan solo se suelen consultar los primeros resultados de los buscadores.
Y, como hemos dicho, si invertimos en publicidad, también son importantes para posicionarnos en búsquedas pagadas.
¿Cómo elegimos las keywords de nuestra web?
Es decir, cómo identificamos cuáles son las que utiliza nuestro público objetivo, al que queremos llegar, en sus búsquedas. Por ejemplo, si ponemos en marcha una web sobre jardinería, puede que una palabra clave sea “plantas”. Pero también puede serlo “plantas de interior”.
Una de las disyuntivas con las que nos podemos enfrentar al elegir las keywords de una nueva web es optar por keywords primarias, que tendrán más competencia, pero usan muchos internautas. U otro tipo de palabras clave que lleguen a menos gente, pero estén menos disputadas por la hipotética competencia.
Por ejemplo, “plantas” tiene, comprobado en el planificador de palabras clave de Google Ads, entre 10.000 y 100.000 búsquedas mensuales. Lo mismo sucede con “plantas de interior”. En cambio, “plantas de invierno” tiene un promedio de 1.000 a 10.000 búsquedas mensuales. Lo busca menos gente, pero puede ser más sencillo para nosotros posicionarnos con ese término. Es uno de los aspectos que hay que valorar en una estrategia SEO, que puede ir variando con el tiempo.
Definir el contenido de nuestra web y nuestro público objetivo
El primer paso que tenemos que dar es definir cuál va a ser el contenido de nuestra web. ¿Vamos a hablar solo de nuestro producto o servicio o de más temas? Por ejemplo, ¿vamos a hablar solo de nuestro hotel o también de turismo de playa y actividades vacacionales?
Después habrá que definir nuestro público objetivo, o como dicen muchos expertos, el buyer persona. ¿Qué quiere el público medio de un producto o servicio como el nuestro? ¿Qué necesidades tiene? ¿Qué suele buscar, y cómo, para satisfacerlas?
En cierto modo estamos buscando ya las keywords óptimas, las que nos traerían miles de visitas si nos posicionamos ya. Es trabajo posterior analizar si algunas de ellas son inviables y cómo enfocar nuestro trabajo diario.
Establecer las keywords principales, secundarias y long tail
Es un trabajo concienzudo, ya que no es un tema que solo se refiera a la mera extensión de las keywords. Una keyword principal, como “hoteles”, está siendo buscada por muchísima más gente, pero también es mucho más grande la competencia de las empresas interesadas en posicionarse en esa búsqueda. Una keyword de long tail, como “hoteles de playa en Málaga”, por contra, provocará menos búsquedas, pero puede que sea más sencillo posicionarse para ella. Detrás de ella, además, hay una persona con un interés muy concreto que quiere “solucionar”.
La gran mayoría de las webs son dinámicas, no estáticas. Es decir, cambian e incorporan nuevo contenido. En el caso de nuestra web, por ejemplo, amplía su contenido gracias al blog que tienes delante. Lo lógico en estos casos es seguir creando nuevas páginas optimizadas y con contenido de calidad. Y para ello, uno de los puntos clave es seguir trabajando en nuestras keywords de interés, tanto las principales como las long tail.
Nuestra estrategia también puede variar con el tiempo. Podemos comenzar trabajando “fuerte” en keywords de long tail muy concretas. Y poco a poco ir virando a un trabajo más enfocado en keywords principales. Hablaremos en otros artículos de cómo establecer una estrategia para hacer todo esto, y de cómo engarzar este trabajo en una estrategia SEO completa.
Analizar las keywords de la competencia
Este aspecto concreto, de momento, también lo vamos a dejar aparcado y lo ampliaremos. Eso sí, no sin antes dejar claro que es algo que hay que hacer. Existen herramientas que ayudan a analizar las keywords que utiliza la competencia y formas de encontrar en el html de su web cuáles son las palabras claves que están utilizando. Pero este tema queda fuera de esta primera aproximación al tema de las keywords. Ya profundizaremos en ello.